Estás en: INICIO  /  El distrito  /  Por sectores

El distrito

Igualdad

La Conciliación del trabajo y la familia se ha planteado a nivel internacional y comunitario como una condición vinculada de forma inequívoca a la nueva realidad laboral y social.

Para que esto sea posible, es necesario un compromiso entre hombres y mujeres que permita un reparto equitativo de responsabilidades en la vida profesional y en la privada. Ha entrado en la agenda de los gobiernos como un problema social y económico al que hay que hacer frente.

Puntos clave

  1. Cursos de Extensión Universitaria en el Instituto Universitario de Estudios de la Mujer

  2. Conclusiones del III Encuentro de Mujeres con el lema "Por una igualdad real y efectiva"
  3. Según el INEM, las mujeres perciben salarios un 30% más bajos que sus compañeros
  4. Estudio sobre igualdad realizado por el Grupo Igualdad de Género de Jóvenes de Izquierda Unida-Madrid
  5. Agentes de igualdad en Carabanchel
  6. La conciliación no es una "mejor compatibilización por parte de las mujeres de sus responsabilidades domésticas", sino que debe implicar un nuevo reparto social y familiar del cuidado y del trabajo reproductivo en el que deben estar implicados hombres, mujeres, empresas y Estado.
  7. Iniciativas para la conciliación de la vida familiar y laboral

En la IV Conferencia mundial sobre las mujeres, celebrada en Pekín en septiembre de 1995, fue donde por primera vez se consideró como objetivo estratégico fomentar un equilibrio de responsabilidades laborales y familiares entre hombres y mujeres. Este compromiso se reafirmó en la Declaración aprobada por los 189 Estados allí reunidos.

Por su parte, la Estrategia Europea de empleo de la Cumbre de Lisboa del año 2000 reconoce que el mantenimiento del modelo social europeo requiere un aumento de la población ocupada y, muy especialmente, un incremento de la ocupación femenina, fijándose como objetivo  para el año 2010 una tasa de ocupación igual o superior a 60%.

La igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres se convierte así en uno de los pilares de la política de empleo de la Unión Europea, y la conciliación en un requisito imprescindible para la consecución de la misma.

Las estrategias de conciliación que desarrollan las mujeres en España apuntan a que, más que conciliación, lo que existe hoy por hoy  es una contradicción entre el mundo laboral y familiar. Y esta contradicción sigue sin plantearse como problema social, sino que se solventa de forma privada e informal entre mujeres.

La conciliación en Carabanchel

La zona de la periferia suroeste de Madrid, donde se encuentra Carabanchel, se caracteriza por una actividad laboral mucho menor y más precarizada. El distrito tiene una población envejecida, atenuada recientemente por la inmigración. Esto hace que la tasa de actividad sea relativamente  baja. Pero esta tasa de actividad es notablemente más baja en las mujeres.

Y esto es así no sólo porque más de un tercio de las mujeres se dediquen a tareas domésticas, sino también a la gran cantidad de mujeres inactivas que, al no haber trabajado nunca, no tienen derecho a pensión de jubilación, al contrario de lo que sucede con los jubilados varones.

Existe, además, una tasa de desempleo muy alta entre jóvenes de ambos sexos y mujeres de todas las edades. Y aunque hombres y mujeres se incorporan mayoritariamente al mercado laboral a partir de los 25 años, la  incorporación plena entre ellos se produce entre los 35 y 54 años, mientras  que las tasas de actividad de las mujeres comienzan a decaer a los 35 años.

Esta diferencia es un primer indicio de la dificultad de las mujeres para compatibilizar trabajo productivo y reproductivo. El nivel de estudios atenúa las consecuencias negativas que las responsabilidades familiares tienen en el empleo femenino, pero no las elimina. Las mujeres trabajan más cerca de su domicilio, en horarios de mañana, más a tiempo parcial y con mayor temporalidad en el empleo.

Por otra parte, hombres y mujeres tienen distinta percepción acerca del reparto del trabajo doméstico. Ellos tienen una visión más igualitaria y equilibrada que la que expresan las mujeres. Esto es un indicador de hasta qué punto el trabajo reproductivo puede llegar a ser invisible. Las dificultades percibidas para conciliar la vida laboral y familiar son mayores en las mujeres que en los hombres, ya que son éstas las que llevan el peso del cuidado de hijas e hijos y personas mayores.

La percepción de las dificultades para compatibilizar vida laboral y familiar, y de la discriminación laboral en el caso de las mujeres, se amplía al aumentar el nivel de estudios. Son las mujeres más cualificadas las que más demandan medidas para la conciliación. 

Participación

En el distrito de Carabanchel existe una alta participación social a través del movimiento asociativo, con predominio de asociaciones de vecinos/as, culturales y con presencia de asociaciones de mujeres.

Existen diferencias de participación entre las mujeres según la edad: al tener más tiempo, las mujeres mayores participan más que las jóvenes, que están en el momento de la crianza y educación de los niños/as, aunque es importante resaltar que las mujeres de más edad tienen que seguir compatibilizando sus 'momentos de ocio' con responsabilidades familiares.


© Plan Comunitario Carabanchel Alto 2007

Página desarrollada por

eCliente